Si bien los seres humanos hemos evolucionado para caminar, esto no hace a nuestros pies indestructibles, al contrario, pues son los primeros que sufren cualquier adversidad. Aunque existen multitud de males que pueden aquejarlos, aquellos relacionados con el uso inadecuado de calzado, la edad o el sobrepeso son los más fáciles de advertir y corregir.
Los callos (o hiperqueratosis) son uno de los más comunes que se tratan en el Centro Podológico Integral Dulce Nieves. Son causados por fricciones o presiones constantes en la piel debidas a un calzado mal ajustado o una leve deformación del pie. Una plantilla debería bastar para evitarlos, pero si ya están formados, es conveniente frotarlos con piedra pómez mientras nos bañamos.
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¿Quién no ha sufrido una uña encarnada? Es la reina de los problemas en los pies. Hinchazón, dolor, enrojecimiento y en ocasiones infecciones la acompañan. Un mal corte de uñas o un calzado que nos apriete pueden provocarlas. Aunque suelen ser una molestia pasajera, una uña encarnada rebelde puede necesitar de cirugía menor para ser eliminada.
Los juanetes (o hallux abducto valgus) son otro problema recurrente. Aunque un mal uso del calzado no es responsable de la desviación del dedo gordo que forma el juanete y que da lugar a la callosidad visible, puede ayudar a empeorar sus síntomas.
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Aquí solo restan tratamientos paliativos, pues el juanete suele empeorar con la edad. El método más eficaz para tratarlo completamente es la cirugía correctora.
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